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Prof. Dr. Werner Gitt

¿Imaginación o realidad? - La resurrección de Jesucristo

Im Laufe der Geschichte haben sich immer wieder Menschen gegen den Glauben an eine Auferstehung der Toten ausgesprochen. Sie sollten aber bedenken, dass Jesus seine Auferstehung nicht nur durch Worte verkündigen lässt, sondern sie beweist, indem er sich mehrfach an unterschiedlichen Orten und bei verschiedenen Gelegenheiten direkt zeigt.

Mit dem Geschehen der Auferstehung hat Gott uns eine Wirklichkeit gezeigt, die weit über unsere Erfahrungswelt von Raum und Zeit hinausgeht: Unsere dreidimensionale Welt ist nicht die ganze Wirklichkeit. Jesus hat uns die Realität der Ewigkeit bezeugt.

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¿Imaginación o realidad?
La resurrección de Jesucristo

¿Qué ha sido el evento más importante de la historia mundial hasta ahora?

¿Ha sido el invento del ordenador por Konrad Zuse (1910-1995), el descubrimiento de América del Norte por Cristóbal Colón (1451-1506) o el primer alunizaje por Neil Armstrong (1930-2012)? Fue el primer habitante de la tierra que pisó la luna, haciendo su famosa declaración: “Un pequeño paso para un hombre, pero un salto para la humanidad.”

Todos esos acontecimientos fueron muy importantes, pero no pueden compararse con el acontecimiento que será el tema de este tratado. Se trata de la resurrección de Jesucristo. Este acontecimiento atañe a cada persona en esta tierra. Adaptando las palabras de Neil Armstrong podemos decir lo siguiente: La resurrección fue el mayor paso dado para la humanidad, pero al mismo tiempo es el más controvertido.

Objeciones críticas a la resurrección

En el curso de la historia siempre ha habido personas que se opusieron a la fe en la resurrección de los muertos. A continuación quiero mencionar cinco comentarios críticos:

1. Los saduceos: Al mismo Jesús acudió un grupo de personas religiosas que no creían en la resurrección de los muertos. Querían tentarle con una pregunta maliciosa (Mateo 22:23-33): Si siete hermanos se casaran sucesivamente con la misma mujer, y esa mujer muriera al fin, ¿de cuál de ellos será la esposa en la vida eterna? Jesús rechazó su argumento diciendo que más allá de nuestra vida terrenal ya no existe la unión matrimonial. Después les presentó un problema para estimular su mente, citando Éxodo 3:6: “Yo soy el Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob.” Pero Abraham, Isaac y Jacob ya habían muerto entonces, así que es necesario que resuciten de la muerte, porque “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” (Mateo 22:32b).

2. Martin Heidegger: Martin Heidegger (1889-1976), el conocido filósofo alemán, razonando acerca de la resurrección, desde la perspectiva de un incrédulo, llegó a una conclusión asombrosa: “Si Jesús de Nazaret ha resucitado de los muertos, todos los conocimientos científicos son sólo provisionales.” Por consiguiente añadió: Si de verdad es cierto que Jesús de Nazaret ha resucitado de los muertos, entonces nuestro razonamiento científico ha impuesto una restricción no justificada a la verdad.”

3. Rudolf Augstein: Al editor de la más destacada revista informativa alemana “Der Spiegel”, Rudolf Augstein (1923-2003), le hicieron la siguiente pregunta poco antes de su muerte: “¿Cree Usted en Dios?” Contestó así: “No … No creo en la resurrección de ningún muerto, así que no hace falta que me ocupe más de este tema. Cuando me vaya, ya no existo.” - ¡Qué error tan fatal!

4. Un párroco puesto en un apuro: La Pascua estaba cerca cuando hablé con un párroco. Me explicó que cada vez que se avecinaba la Pascua se veía en apuros, porque no sabía qué predicar. A pesar de ser párroco, no creía en la resurrección de Jesús.

5. “DIE ZEIT” (“EL TIEMPO”): El semanario alemán “DIE ZEIT” escogió como título de su edición de Pascua (Número 16, 8 de abril de 2009): “La historia más increíble del mundo” – Nada suena menos probable que la resurrección de Jesús”.

Testigos oculares de la resurrección

Dios nos hubiera podido anunciar por boca de un profeta: “Jesús ha resucitado. Lo hice volver de la muerte.” Eso habría suscitado aún más dudas de las que ya existen. Pero Dios no lo hizo así. Jesús no hace proclamar su resurrección a través de palabras, sino que la demuestra manifestándose varias veces en diferentes lugares y diferentes ocasiones.

El Nuevo Testamento nos cuenta de 15 testigos oculares que aseguraron haber visto a Jesús resucitado y vivo.

María Magdalena (Juan 20:1-18)

Dos mujeres en la tumba (Mateo 28:9)

Dos discípulos en el camino a Emaús (Lucas 24:13-35)

Pedro (Lucas 24:34; 1 Corintios 15:5)

Los 10 discípulos sin Tomás el Domingo de Pascua (Juan 20:19)

Los 11 discípulos incluido Tomás (Juan 20:26)

Los 7 discípulos en el mar de Tiberias (Juan 21:1-22)

Los 11 discípulos en un monte de Galilea (Mateo 28:16-20)

Los 12 discípulos, primero fue visto de Cefas (1 Corintios 15:5)

500 hermanos (1 Corintios 15:6)

Jacobo, el hermano del Señor (1 Corintios 15:7)

Todos los apóstoles (1 Corintios 15:7; Marcos 16:19‑20; Lucas 24:50-53; Hechos 1:326)

Esteban, después de la ascensión (Hechos 7:55-56)

Pablo apóstol, después de la ascensión (en su conversión en el camino a Damasco:

 Hechos 9:3-5; en el templo: Hechos 22:17-21; en la cárcel de Cesarea: Hechos 23:11)

El apóstol Juan, después de la ascensión (Apocalipsis 1:12-20)

A continuación veremos con más detalle algunos de los relatos de los testigos:

1. María Magdalena (Juan 20:1-18): En la madrugada del Domingo de Pascua fue al sepulcro de Jesús. Llegada al jardín en donde se encontraba la tumba de Jesús, se asustó tanto que empezó a llorar. ¿Quién había quitado la piedra pesada de la entrada de la tumba? La tumba estaba vacía. Tuvo miedo, y corrrió al albergue donde posaban Pedro y Juan. Ellos de inmediato fueron también a la tumba. Juan, sin aliento, llegó el primero, después Pedro. María Magdalena se quedó muy atrás de Pedro. Juan se acercó a la tumba sin entrar, pero vio las vendas puestas en el suelo en la tumba vacía. Cuando María llegó otra vez a la tumba, Pedro y Juan ya se habían ido. Entró a la tumba y averiguó con espanto que estaba vacía. De repente vio a dos personas con vestiduras blancas, la una a la cabecera y la otra a los pies del lugar donde había estado tumbado Jesús. No sabía que eran ángeles. Ellos le preguntaron: “¿Por qué lloras?” y respondió llorando: “Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto” (Juan 20:13). Volvió la cabeza y de repente vio a un hombre frente a frente. Pensó que era el jardinero cuando él le preguntó: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?” (Juan 20:15). Al principio ni siquiera reconoció su voz. “¿Te lo has llevado tú? Pero dime donde está”, le pregunta a él. Entonces la llama por su nombre: “¡María!” Eso le llega al corazón. Nunca habían pronunciado su nombre así. Nunca le habían dirigido la palabra de manera tan sensible y significante. Ahora no cabía duda quien era esa persona. Era Jesús quien había resucitado de los muertos. Así María se convirtió en la primer testigo de la resurrección de Jesús.

2. Dos discípulos en el camino a Emaús (Lucas 24:13‑31): Jesús se encontró con dos discípulos en el camino a Emaús. Citando la Biblia les explica por qué tuvo que sufrir y come con ellos. Por fin lo reconocen por su modo de partir el pan.

3. Los 11 discípulos (Juan 20:26-28): Ocho días después de la Pascua Jesús se aparece nuevamente a los 11 discípulos. Esta vez Tomás está con ellos. Jesús deja que Tomás lo toque para que supere su falta de fe: “Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan 20:27-28).

4. Los 7 discípulos (Juan 21:1-22): Jesús se aparece en el Mar de Tiberias a siete de los discípulos que fueron llamados al principio (Simón Pedro, Tomás, Natanael, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos). Están regresando de una pesca infructuosa. Confiando en su palabra se van nuevamente a la pesca y regresan con 153 peces. Al fin Jesús come con ellos.

5. Más de 500 hermanos: En 1 Corintios 15:6 leemos del mayor número de testigos que lo vieron todos a la vez: “Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.”

6. Aún después de la ascensión Jesús se manifestó varias veces como el Resucitado. Cuando apedrearon a Esteban a causa de su fe en Jesús, pudo ver desde el lugar de su ejecución el cielo abierto y hasta a Jesús: “Pero Esteban … puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios” (Hechos 7:55-56).

Algunos historiadores conocidos se refirieron a la resurrección de Jesucristo como el hecho histórico más seguro de la Antigüedad. El famoso científico Thomas Franz (1795-1842), autor de “History of Rome” (Historia de Roma), una obra en tres tomos, y catedrático para Historia Moderna en Oxford, escribió: “No sé de ningún acontecimiento en la historia de la humanidad que, examinándolo a fondo, cuente con un mejor o más amplio testimonio (de cualquier tipo que sea) que la gran señal que Dios nos ha dado, es decir el hecho de que Cristo murió y resucitó de los muertos.” Hasta Wolf Biermann, el escéptico y cantautor alemán, designó a la resurrección como la “moneda más dura en el mercado de las esperanzas.”

¿Qué significa la resurrección de Jesús para nosotros?

1. La palabra de Dios ha resultado ser la verdad: Con la resurrección de Jesús se cumplieron a la vez todas las profecías del Antiguo Testamento que se refieren a su resurrección.

El profeta Isaías, por ejemplo, habla sobre la muerte, la tumba y la resurrección de Jesús (en el capítulo 53:8‑9+11): “Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca … Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho ...” También hay otras maneras[1] de demostrar que la Biblia es el único libro de la historia universal que lleva el sello divino de la verdad.

2. La resurrección significa que Dios ha aceptado el sacrificio de su Hijo en la colina de Gólgota: No hay ninguna cosa en el mundo – ni nuestras propias obras ni alguna religión – que sea capaz de eliminar nuestros pecados. La sangre derramada de Jesús en la cruz del Gólgota es el único remedio con validez (1 Pedro 1:19).

3. La resurrección de Jesús como base de la vida eterna: La resurrección de Jesús es la base de nuestra resurrección y la garantía de que también nosotros tendremos la vida eterna a través de Él, porque así lo ha prometido: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” (Juan 11:25-26).

4. La resurrección como pilar principal de nuestra fe salvadora: Sin el hecho de la resurrección se volvería inútil cualquier predicación: “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe” (1 Corintios 15,14). Después de una larga controversia con un musulmán él me preguntó específicamente: “Si alguien pudiera demostrarle a Usted que Jesús en realidad no ha resucitado, se volvería nula su fe?” Le respondí clara e inequívocamente: “Si.” Si Jesús no ha resucitado, millones de personas se han extraviado por caminos erróneos, todo servicio a Dios y toda oración ha sido en vano. Todo el esfuerzo desplegado en el reino de Dios ha sido inútil. Todos los mártires que murieron por Cristo sufrieron en vano. Entonces permaneceríamos en nuestros pecados y estaríamos perdidos. Entonces los ateos y los teóricos de la evolución tendrían razón. ¡Pero Jesus ha resucitado! Y por eso cada predicación vale la pena, y cada servicio en el nombre de Jesús vale la pena. Es una certeza que la fe en Jesús tiene poder salvador.

5. La muerte está derrotada: El que cree en Jesús ha solucionado el problema de la muerte definitivamente. Pablo habla de la victoria de Jesús sobre la muerte en 1 Corintios 15:54-55+57: “Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? … Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.”

6. Con el hecho de la resurrección Dios nos ha revelado una realidad que supera con mucho nuestras experiencas terrenales de tiempo y espacio: Nuestro mundo tridimensional no abarca toda la realidad. Jesús nos ha atestiguado la realidad de la eternidad.

¿Qué significa la resurrección para Usted, querida lectora, querido lector?

Cualquiera que se dirige a Jesús orando, depositando sus pecados en él y confiándole su vida, obtiene liberación de su culpa y el regalo de la vida eterna. Él ha prometido firmemente no rechazar a nadie que acuda a Él: “... al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37b). No hay manera de alcanzar el reino de los cielos salvo por Jesús (Hechos 4:12). ¡Eche mano de la vida eterna a la cual también Usted está llamado! (1 Timoteo 6:12).

Werner Gitt
Dir. y Prof. jubilado
Doctor en ingeniería

[1] Mediante las 3268 profecías ya cumplidas se puede comprobar su veracidad con exactitud matemática.